El aspecto más importante cuando se asume el reto de liderar un equipo de trabajo, yo pienso que es el trato con los subordinados, ya que la conducta de las personas no es predecible. Cuando asumimos el liderazgo de un equipo encontraremos la mayor parte de las ocasiones tres tipos de actitudes hacia nosotros:
Desde mi perspectiva, desde un inicio, debemos actuar como solemos hacerlo habitualmente, no es recomendable asumir poses o gestos que no nos representan, hay que transmitimos una imagen real , prácticamente no finja ser otra persona que no es.
Las posturas son descubiertas más rápido de lo que imaginamos y eso ocasionará que las personas difícilmente confíen en nosotros cuando comunicamos una orden o damos alguna indicación.
Para empezar a delegar debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
Otro aspecto fundamental es asumir desde un inicio que estamos trabajando con personas que como ya hemos comentado necesitan ser escuchadas, que requieren de recursos e infraestructura para poder efectuar sus tareas. Asimismo necesitan de motivación, conocer cuál es el objetivo de la organización y sentirse adecuadamente recompensados.
Todos estos aspectos forman parte de la gestión del talento humano en una empresa, por lo que es recomendable trabajar siempre con el apoyo permanente de la dirección o gerencia de recursos humanos detrás de mantener un clima laboral adecuado.
Si después de aplicar estas medidas todavía hay miembros del equipo que no nos muestran su apoyo, es recomendable tomar el toro por los cuernos y preguntar a la persona por el origen de la su actitud ya que la solución puede ser fácil.
De no conseguimos resultados positivos con todos los miembros de su equipo, no hay que frustrarse ya que muchas veces nos encontramos con personas la actitud no encaja en la organización, por lo que en este momento hay que tomar otro tipo de decisiones por el bienestar del equipo.
Considero que si seguimos estos consejos, contaremos pronto con un equipo conformado por personas que nos mostrarán su apoyo a esto se traducirá en mayores iniciativas, mayor esfuerzo y dedicación al momento de efectuar las tareas encomendadas.
- Un grupo de trabajadores nos mostrarán su apoyo incondicional.
- Un grupo pequeño nos opondrá abiertamente.
- Otras que harán únicamente lo necesario para mantenerse en el lugar.
Desde mi perspectiva, desde un inicio, debemos actuar como solemos hacerlo habitualmente, no es recomendable asumir poses o gestos que no nos representan, hay que transmitimos una imagen real , prácticamente no finja ser otra persona que no es.
Las posturas son descubiertas más rápido de lo que imaginamos y eso ocasionará que las personas difícilmente confíen en nosotros cuando comunicamos una orden o damos alguna indicación.
Para empezar a delegar debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Debemos tener los conocimientos necesarios, no podemos delegar funciones o actividades de temas o aspectos que no comprendemos del todo, es importante estar muy bien informado y actualizado.
- Debemos desarrollar una comunicación ciento por ciento efectiva, el principio de una comunicación exitosa lo constituye el saber escuchar y analizar lo que nos transmiten, ya que esto nos ayudará a darnos cuenta que no necesariamente todas las iniciativas deben partir de nosotros , debido a que los otros miembros del equipo también pueden aportar ideas valiosas. Tampoco debemos olvidar que para obtener una comunicación plena, tienen que utilizar los mismos códigos y el mismo lenguaje.
- Toda orden o disposición debe tener un objetivo, una meta, hay que aclarar que el cumplimiento de esta orden reviste importancia y que el no hacerla adecuadamente traerá consecuencias negativas para la organización.
El desarrollo de conflictos es uno de los mayores dolores de cabeza de los jefes que aún no cuentan con experiencia en temas de dirección, pero no es sano considerar que todos los conflictos son nocivos, ya que generalmente después de un conflicto el equipo consigue llegar a soluciones o iniciativas muy valiosas.
Dependerá de la pericia de la cabeza que el conflicto proporcione resultados positivos o que si no cause grietas en el interior del equipo. Un buen jefe debe dejar que el conflicto fluya, pero también debe saber cuando es necesario intervenir.
Otro aspecto fundamental es asumir desde un inicio que estamos trabajando con personas que como ya hemos comentado necesitan ser escuchadas, que requieren de recursos e infraestructura para poder efectuar sus tareas. Asimismo necesitan de motivación, conocer cuál es el objetivo de la organización y sentirse adecuadamente recompensados.
Todos estos aspectos forman parte de la gestión del talento humano en una empresa, por lo que es recomendable trabajar siempre con el apoyo permanente de la dirección o gerencia de recursos humanos detrás de mantener un clima laboral adecuado.
Si después de aplicar estas medidas todavía hay miembros del equipo que no nos muestran su apoyo, es recomendable tomar el toro por los cuernos y preguntar a la persona por el origen de la su actitud ya que la solución puede ser fácil.
De no conseguimos resultados positivos con todos los miembros de su equipo, no hay que frustrarse ya que muchas veces nos encontramos con personas la actitud no encaja en la organización, por lo que en este momento hay que tomar otro tipo de decisiones por el bienestar del equipo.
Considero que si seguimos estos consejos, contaremos pronto con un equipo conformado por personas que nos mostrarán su apoyo a esto se traducirá en mayores iniciativas, mayor esfuerzo y dedicación al momento de efectuar las tareas encomendadas.
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